La práctica de técnicas básicas de pies y manos, y el acondicionamiento del cuerpo es el comienzo del estudio del arte del SOO BAHK DO MOO DUK KWAN. Si miramos el combate actual, las formas no parecen ser necesarias en el arte marcial. Sin embargo, practicando formas se perfecciona la habilidad de ejecutar técnicas de manos y pies libremente. Es fundamental hacer el mejor uso posible de nuestro cuerpo en todo momento. Algo básico en todo arte marcial, es que las técnicas básicas son aprendidas y luego aplicadas y transformadas en formas. Toda forma en nuestro arte marcial tiene una unidad y un propósito. Por lo antes dicho, las formas básicas consisten en un bloqueo, un golpe y giros programados para desarrollar control, ritmo, poder y velocidad. A medida que las formas progresan, las formas se van volviendo más complejas en la variedad, combinación y secuencia de bloqueos, patadas, golpes, saltos y giros. Una forma avanzada puede llevar años de diaria práctica y una intensa concentración. La forma bien ejecutada y con cierta perfección, es una exquisita fusión de mente y cuerpo, es un arte elevado y un objeto de belleza. Sin embargo, la forma no es un arte en sí misma. La forma como un ejercicio, es aquella parte del arte que acondiciona la mente, el cuerpo y los reflejos para la presión que significa el combate libre y en última instancia para conflictos defensivos reales. Las secuencias de movimientos pueden simular respuestas a muchas clases de ataques y estrategias para la defensa contra un número de atacantes y aprender a controlar del espacio propio en correspondencia con la dirección de los ataques. En diferentes formas un discreto número de movimientos son puestos juntos en intrincadas secuencias y variados patrones. El practicante no recordará solamente el orden de la forma, sino que es más importante para él concentrarse en el equilibrio, ritmo, control de la respiración, la variación de la velocidad y el control del poder. Es más vital prestar atención a estas cosas para que la forma se aproxime más a un ideal viviente. Sería irrespetuoso considerar que uno conoce una forma simplemente en virtud de haber memorizado una serie de movimientos individuales. Si viéramos la forma como partes de movimientos individuales, seríamos testigos de habilidad pero no de arte. La forma es el cuerpo madre o esencia de todos los aspectos de la técnica en las artes marciales. El practicante debe ejecutar las formas con sinceridad y con profundo compromiso con un ideal. Además debe practicar sólo aquellas formas para las cuales está mental y físicamente preparado, sería irrazonable y presuntuoso realizar formas destinadas para un nivel superior, y se estaría haciendo un daño a sí mismo y un falso servicio a nuestro arte. En sUma, para estudiar las formas uno debe estar preocupado por la aplicación y el significado detrás de cada movimiento y técnica, sea ésta ofensiva o defensiva, de esta forma encontraría el significado detrás de cada movimiento, la interrelación entre movimientos y la razonabilidad de cada secuencia dentro del significado completo como un todo. Finalmente, si uno no fuera a considerar la historia, el valor, y el concepto de las formas, uno podría desarrollar cientos de formas con movimientos individuales adecuados. Esto sería, en efecto, un intento de crear nuevos ideales, una diferente filosofía. Aquello destruiría la integridad de nuestro arte marcial. El cuerpo de formas tradicionales nos ofrecen más que suficiente desafío, dificultad y complejidad para toda una vida. Cada forma tiene su propio carácter, igual que cada persona tiene el suyo. Los elementos que le dan ese carácter distintivo a cada forma, pueden ser entendidos como sigue:
1. Secuencia: La apropiada y correcta secuencia de movimientos en una forma particular.
2. Control del Poder: La liberación, contención y relajación de la energía explosiva del poder focalizado.
3. Contracción y expansión (Tensión y relajación): Manejo de la respiración y la exactitud en la acumulación y liberación de la energía o el poder.
4. Control de la velocidad y el ritmo: Coordinación y respeto de los patrones de movimientos a tasas apropiadas en cada subsecuencia dentro de la forma.
5. Dirección de los movimientos: Certeza de equilibrio y confianza en los pasos y cambios de dirección.
6. Espíritu o actitud: Evidenciar un sentido de calma y humildad basado en el autoconocimiento y dedicación a la forma perfecta.
7. Poder de la técnica: Rigor y fuerza de movimientos especialmente evidenciando un poder equivalente en ataques y defensas.
8. Entendimiento de la técnica de la forma: Demostrar en la forma que la secuencia de movimientos ha sido internalizado y fluye con la naturalidad y facilidad en la respuesta de los reflejos, esto quiere decir, sin la obvia intervención de pensamientos conscientes.
9. Distintas presentaciones de la forma: Evocación en el observador de conciencia vívida de específicas clases de ataques y de un número y dirección de atacantes para los cuales la forma fue diseñada.
10. Perfecto final o terminación: Como evidencia adicional de concentración y control, el último movimiento de la forma termina en el preciso punto en el cual comenzó, y luego se mantiene congelado o ajustado allí hasta que pueda retirarse.
11. Precisión de movimientos: La exactitud en la ejecución de un movimiento es un reflejo de la mejor de las coordinaciones lógicas de equilibrio, distancia, poder, habilidad y control.
12. Intencionalidad: Dirección y concentración de la atención completa sobre puntos de poder. La intención de los ojos comunica tanto la determinación de defender contra ataques y un plan predeterminado o deliberado diseñado para la defensa. Más allá, los ojos anticipan la dirección intentada de los movimientos por rápidos cambios y luego la concentración sobre un punto de poder.